domingo, 21 de enero de 2007

De la Revolución...

He aquí una parte de mi diario que llevo siempre y esa parte cubre el 2 de diciembre de 2006, día del Quincuagésimo Aniversario del comienzo de la Revolucion Cubana.


Sábado, 2 de diciembre de 2006

En mi barrio, Centro Habana, las empresas y los CDR (Comité de la Defensa de la Revolución) movilizaron para la marcha con la información según la que el barrio Centro Habana se iba a encontrar en la esquina San Lázaro a Infanta a las seis de la madrugada. Me levanté a las cinco y media, y con la linterna busqué algo para comer en la cocina (no quise encender la luz y despertar el ama de casa), y salí a las seis en punto a la calle, aún dominaba la oscuridad. Caminé por San Lázaro como muchos otros habaneros más, casas enteras salieron de sus puertas, hacia el Punto de la Movilización de Centro Habana. Desde allá nuestra columna de la Marcha arrancó a eso de la seis y media por la Infanta, dobló en la calle Zapata y la siguió hasta Paseo donde ya el día anterior había estado y donde tenían listos los tanques y otros camiones de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). En la Marcha estaban muchos colectivos de trabajo, de fábricas u otras instalaciones, destacados por sus camisetas del mismo color o las gorras. Las pancartas eran más bien "caseras", o sea hechas a mano y de cartones, y no prefabricadas por un centro o por las autoridades. Decían, entre muchas cosas: «Somos uno» (quiere decir: con Fidel), «Fidel ordene los CDR cumplirán», «Gracias Fidel por la Victoria», «Felicidades Fidel», «Símbolo de Independencia, Dignidad y Justicia» (esto era un gran cartel con el yate Granma en un edificio), «Viva la Revolución», «Con ya casi un siglo sigues sembrando amor e ideas», «Esta isla no se rendirá jamás», «Ayer, hoy y mañana, siempre a tu ....ad Fidel», «en Girón ...», «Esas armas jamás de doblegarán ante el imperio», (ese un gran cartel con los de las FAR en la Biblioteca Nacional), «¡¡Unidos en la lucha por la Independencia y la Dignidad!!», ...

A las 8.51 pusieron en marcha las máquinas de los tanques. No todas querían funcionar después de tantas horas de esperar, pero acudieron los técnicos, lo pienso por sus monos marones y con gorra verde olivo, y estaban preparados por aquello. Nos sobrevolaron dos grupos de helicópteros de combate y un grupo de cinco aviones de caza. Los helicópteros pude sacar con la cámara, los aviones me sorprendieron y al tener lista la cámara ya habían desaparecido. A las 9.05 se puso en marcha el equipo en dirección de la Plaza, pero me parece no pasaron por la tribuna porque nosotros, la Marcha, que les seguimos, los primeros hasta a correr, pocos metros después nos encontramos otra vez con el equipo al lado de la calle. No sé, puede ser también que haya sido otro equipo, porque ¿qué sentido tendría una Parada militar sin pasar por las tribunas? (El día siguiente en los periódicos podía comprobar qué bien me había equivocado). Necesitamos unos veinte minutos más hasta llegar a la Plaza de La Revolución, donde había las dos tribunas: la del lado del Monumento de José Martí con Raúl Castro y otros políticos, también con invitados de honor (estaba Evo Morales me dijo más tarde en casa María, pues de la Marcha sin prismáticos no se podía ver nada en concreto), y al otro lado de la marcha, invitados cubanos, seguramente personas de honor y con aquello premiadas por algo. En la Marcha había también muchos extranjeros y entre ellos yo, ¡yo ese día en la Plaza de La Revolución! Fue un poco como ese 26 de Julio en el 2000 con todo el campamento en la Marcha por el Malecón. A eso de las 9.35 acabamos de cruzar la Plaza y las masas no se podían disolver hasta regresar otra vez al Centro Habana. Quedaba suspendido todo el transporte público y me parece todas las guaguas (autobuses) que hay en La Habana estaban en la calle Avenida del Presidente Salvador Allende, grandes colas de buses esta vez y no colas de pasajeros.

Yo tenía sed y hambre, pero en las calle, eran las diez y media, todos puntos de venta de Pan con Lechón aún estaban cerrados, también en el mercado en San Nicolás. Así, regresé a las once a la casa, donde la turista alemana, la rubia, estaba desayunando y María enseguida me preparó el mío, huevos fritos y café, ¡qué rico!. La otra alemana, la china, sí se había ido para la Plaza pero, como no participó en una de las cuatro columnas de la Marcha (que eran: Cerro, Centro Habana, La Habana Vieja y Plaza), pues por eso no pudo llegar a la Plaza misma y de lejos no había visto nada, de lo que se quejó mucho en casa.

miércoles, 10 de enero de 2007

De las películas....





He aquí una parte de mi diario que llevo siempre y esa parte cubre los días que pasé en el 28. Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en diciembre de 2006 en La Habana. Los comentarios combinan pequeñas anécdotas de lo que pasó en los días con opiniones sobre las películas que vi, unas treinta en diez días. En el Festival muestran películas, sobre todo pero no sólo de América Latina, en unos veinte teatros de cine, repartidos por toda la ciudad. Las tandas empiezan con la primera por la mañana a las diez, y después a las doce y media, las tres, las cinco, ocho y diez de la noche. El transporte entre los teatros no es fácil, o sea no hay un sistema de buses, ni metro. Hay que usar taxis en CUC o las famosas "máquinas", coches grandes, antiguos norteamericanos que funcionan de una manera como un taxi colectivo y puedes montar por diez pesos en M.N. Para usar éstas uno necesita cierta experiencia y conocimiento en cuanto los trayectos de estos taxis colectivos y en qué puntos se puede parar una "máquina" para ir de un lugar a otro. La situación es aún más complicada por la falta de una programación que cubre los diez días del Festival, o sea dónde echan qué película a qué hora. Solo hay, aparte del catálogo del Festival (diez pesos CUC), un "Diario del Festival" que pone el programa del día actual y él del día siguiente. Dicho diario es requerido por todos los espectadores, claro, y se puede conseguir a partir de eso de las nueve en el Hotel Nacional, la sede, sala de prensa, etc., del Festival.

Las entradas al cine se pueden conseguir ya una semana, más o menos, antes del comienzo del Festival y valen dos pesos en M.N.. La boleta sólo dice el nombre del Cine, pero tanto como no hay una programación que cubra todo el Festival, tampoco hay boletas especiales para cada tanda o película. Se forman para entrar grandes colas y es aconsejable presentarse por lo menos media hora antes. Aún mejor es acreditarse en el Festival (por unos 45 CUC), se verá por qué más abajo.

La página principal del Festival en Internet es
http://www.habanafilmfestival.com/
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Pues, eso antes de empezar con el diario.


Lunes, 4 de diciembre de 2006

Por la mañana me fui al Hotel Nacional. Ahora sí había rastros del Festival. En la sala Taganana (sala de prensa del Festival) me encontré con la señora mayor que en el año pasado me había conseguido el cartel del Festival y también L. trabaja otra vez en el Festival. Pues, subí para el rincón de la acreditación, pero me anunciaron que iban a empezar a las dos de tarde y que aún faltaban la máquina u otras cosas. El precio sería, como en el año pasado, 45 pesos (CUC) y incluiría el catálogo, el evento de la inauguración en le teatro Karl Marx y una invitación a un cóctel en el Hotel Nacional mismo. Y el libre acceso a todos los cines, claro. Llené el impuesto y me fui a una tienda para que me sacasen una foto para el carné. ... Tomé un café en el jardincito en 21 e/ M y L y poco antes de las dos estuve en el hotel para recibir mi acreditación. No había mucha gente esperando, un cubano que vive ahora en A Coruña, España, y una periodista independiente de Canadá. De vuelta a casa, donde habían comido las dos turistas alemanas, tuve que soportar las anotaciones tontas de una de ellas sobre películas, de las que de veras no tiene idea, sobre ``Volver´´ de Almodóvar (que era una película para mujeres), o que ella había oído que ``Habana Blues´´ nunca fue dado acá en La Habana, que por cierto no es verdad. La vi acá el 13 de diciembre de 2005.

Martes, 5 de diciembre de 2006

Primer día del Festival y al mismo tiempo, al escribir estas líneas, mitad de mi estancia acá. Desperté con, o por, fuertes lluvias que inundaban el pasillo, pero cuando salí, a eso de las ocho y media, había escampado. Las lluvias iban a seguir todo el día, pero no me cogían, y eso aunque todo el día llevaba a pasear la chaqueta en mi mochila. Pues, primero me fui al Hotel Nacional (nombrado sólo "H.N." a partir de ahora) para conseguir el "diario del festival". Por suerte había y hasta me lo regalaron siendo este año "credencial". Cogí dos, el segundo para las alemanas en casa para que se informara la rubia mejor (cuando regresara a media noche, ella ni siquiera iba a tomar noticia de ese ejemplar). Aún allá, en el hotel, elegí las películas las que quería ver y regresé en "máquina", que paró 'a primer tiro', hasta el Parque Central.
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La primera película, una chilena, ``Kiltro´´, era un cuento de hadas en los tiempos de hoy, pero por más guapa que estuviera la actriz principal, sólo era un mar de sangre y de peleas crueles por una cuenta vieja que tenía alguien con los demás por una mujer la que él no había conseguido pero uno de sus rivales, y que ahora por aquello tenía que masacrar ellos, uno tras otro, hasta llegar a su propio final, a mano del chico "bueno" y en presencia de la guapa, atada y llorando. Pues, no sé por qué no me fui antes del final. Salí del cine Payret, di la vuelta para hacer de nuevo fila en la entrada. Pues, con la acreditación de verás todo es más fácil porque hay una fila separada y la dejan entrar primero. La segunda película del día, una argentina, ``Lifting de corazón´´, era un romance lindo entre un doctor de ciru-plástica, un español de unos cincuenta años (pues como yo), que viaja a un congreso a Buenos Aires, y allá se enamora de una joven argentina, y ella de él. Muy linda la película, aunque el cliché típico.
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Mientras veía la película llovía fuera y a veces me goteaba el agua en la cabeza, pero agua caliente y así no importaba.
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Por la tarde regresé a Vedado y hice cola en el cine Yara. El cine está restaurado y estuvo cerrado hasta poco antes del comienzo del Festival. Ahora hay más luz por dentro, las sillas están intactas y la alfombra es una nueva. La película, una chilena, ``El rey de los huevones´´, era una tragicomedia. Un taxista a quien llaman así, "el rey de los huevones" por haber devuelto una fortuna a la policía que alguien había olvidado en su taxi, pues a él se lo deja una prostituta su hijo de unos cuatro años para que lo cuide mientras ella, puesta guapa a más no poder, hace un trabajo especial a donde no puede llevarse a su hijo. Al final el chico le quiere como padre y no quiere separarse de él cuando la guapa monta con su hijo una guagua para ir a Brasil con otra fortuna, una bolsa llena de fajos de billetes. La guapa se va sin "el rey" ... Me faltan los últimos cinco minutos, por haber tenido que salir por lo del transporte desde el H.N. al teatro Karl Marx en Miramar, por eso no sé ahora cómo la película terminó.
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El Festival había invitado a todos los "acreditados y credenciales" a la inauguración en dicho teatro en Miramar y hasta había transporte en guagua entre el hotel y allá, de ida y vuelta. Pues, corrí para no perder esa posibilidad.
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Estuve por primera vez en ese teatro que se usa también para congresos y reuniones políticas. Es bastante amplio, pienso que caben unos 2 mil personas, y muy bien equipado, con pantallas de vídeo grandes en los dos lados para mostrar en "total" las personas que hablan en el podio, etc. Duraba casi una hora hasta que la sala se llenara y que todos tuvieran su butaca. Mucha gente estrenaba ropa elegante o fina, y menos mal que tenía yo puesta por lo menos una camisa. Al comienzo un pianista y un grupo tocaron una pieza de música muy linda, el Presidente del Festival, Alfredo Guevara, inauguró éste y después dieron la película española, fuera del concurso, ``El laberinto del Fauno´´, una historia que nos sitúa en la España de 1944 y cuenta de Ofelia, una nena de trece años, que llega con su madre a una pequeña aldea donde está instalado el esposo de ella, un cruel capitán del Ejército fascista y empeñada en la lucha en contra de los restantes de la resistencia de la República en los montes. La historia va entrenzada con un cuento de hada lo que vive la nena. Muy, muy buena película digo aún ahora con la distancia de un día.
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Regresamos en las mismas guaguas hasta el hotel y en el asiento al lado del mío se montó una mujer de unos cuarenta años. Me preguntó si era yo de España, por lo de "IBERIA" en mi mochila. Pues, le dije que no, que era de Alemania, y ella se presentó por sí misma como cliente, en cambio, de "Lufthansa" y siendo de Colombia pero viviendo ahora en Noruega. Charlamos en el trayecto hasta el H.N. de Colombia, de nuestros proyectos y esposas o maridos. Quería ir ella al coctel en el hotel, pero yo ya no (y ahora al escribirlo me pregunto por qué no cambié de idea). Así le di mi teléfono por si acaso ella tenía ganas a tomar un café y seguir hablando.
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Tomé un taxi del H.N. hasta la casa, por el mal tiempo que hacía en el Malecón y por la falta de ganas de pelearme con prostitutas, sus chulos y ladrones.
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Miércoles, 6 de diciembre de 2006

Poco después de las nueve estuve otra vez en el H.N. para conseguir el "diario" del día. Estaba L. detrás del mostrador allá y le dije que anoche en el teatro, donde la había visto pero ella a mí no, pues que había estado guapísima. Fue seguramente un piropo fresco, pero por un lado era verdad y por el otro hay que hacer piropos, ¿no?
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Me fui a la 'cafetería' en 21 para estudiar la programación del día siguiente, del 7, porque el plan para el día actual ya estaba hecho. Quería ver en el cine Yara la película argentina ``Sofácama´´ que cuenta del caos que tiene una cuarentona soltera en su casa con sus tres chicos de entre 12 y 18 años y una desconocida a la que da refugio y que vive una temporada allá en su casa. Ella duerme en el sofá cama en la sala de estar. Hasta ahí todo normal, pero en uno de los chicos, Leo, con 16 años, ella despierta la sensualidad. Bien hecha la película. A propósito, el acomodador en el cine Yara me contó el final de la película del día anterior: el "rey" se casa con la novia del guardia que está embarazada por uno de los dos porque ya tenían una relación en triángulo, y la pareja monta una tienda "El rey de queso". Qué lastima. Habría sido mejor si se hubiera ido con la guapa y el chico a Brasil... Pero, por los gustos han hecho los colores (y las chicas). Pues, salí del Yara, cogí en la esquina a L una "máquina" para ir al cine Chaplin para ver el documental de Ecuador ``El comité´´ sobre las condiciones en una cárcel allá donde viven 1100 hombres con penas a veces de más que quince años. La situación me parece insoportable: basura, drogas, corrupción, crímenes y, sobre todo para ellos sin futuro. Y consecuentemente había una toma de la cárcel por los delincuentes (esa parte no quise ver nada más).
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Regresé al Parque Central y tomé un café en la cafetería Francesa y me fui al Payret a ver la tontería dominicana, ``Un macho de mujer´´, en la que, provocado por un amuleto africano, la vida de clase media, los hombres trabajan en los bancos y salen por la noche con las chicas mientras sus esposas les esperan en casa y les están llamando al celular, cambia de papeles y las esposas ahora salen a bailar, mientras los hombres limpian la casa. Pues, una comedia, pero bien tonta y me fui sin esperar su final.

Jueves, 7 de diciembre de 2006

Día de mi cumpleaños y también nací por segunda vez. Quiere decir que al cruzar el Malecón por la mañana me equivoqué con el tráfico.
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Pues, después de ese susto caminé por el Malecón al H.N. para conseguir el "diario" y tomé en café en 21, ya para sacar una foto del jardincito allá. Seguí la calle M hasta su esquina a Neptuno y bajé esa hasta Infanta. En la esquina de Neptuno a Infanta han reconstruido un cine que estaba en escombros por muchos, muchos años. Es, como dice también su nombre, un multi cine con cuatro salas y al estilo de los cines que hay en Múnich como el "Maxx", hasta con cajas con computadoras para comprar la boleta. ¡Cuba va! Las películas las que quería ver era una tanda de documentales hechos en Cuba: ``Camino entres mis sueños´´ sobre un discapacitado, pero deportista de levantamiento de pesas, ``La vida en ruedas´´ sobre los conductores de "bicitaxi" que no tienen casa y viven en su taxi (M.I. les llamó más tarde en casa "palestinos"), ``Servando en tres tiempos´´ sobre un artista, pintor cubano, Servado ``Kinfuiti´´ sobre la tradición musical y danzaría traída a Cuba por los esclavos congos, ``Los trazos de la inocencia´´ sobre niños que padecen ese Síndrome de Down y aprenden en grupos a expresarse por el arte de la pintura, ``El futuro es mi sueño´´ sobre los niños de madres que padecen SIDA. En la butaca a mi lado estaba sentada una cubana, más o menos de mi edad, que trabajaba de jurado en el Festival. En las pausas entre los documentales charlamos un poco y le comenté que tenía una amiga cubana también con una hija con ese problema del Síndrome de Down. Al final de la tanda salimos juntos, yo para irme, ella para fumar, y nos quedamos un rato aún charlando en la entrada.
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Pues, me fui al Chaplin en un taxi ilegal y el propietario me explicó francamente que ganaba unos 1700 diariamente si conduciría todo el día, unos 70 CUC. Bajé frente del cine Chaplin y como aún disponía de tiempo me puse en la cola de un puesto de "pan con lechón", el vendedor trabajaba lentísimo, pero al mismo tiempo ese puesto tenía la carne bien rica y directamente de un asador eléctrico. Nunca hasta ese día comí un "pan con lechón" tan riquísimo. Entré en el cine para ver la película argentina en el ciclo "Obra primera" ``A propósito Buenos Aires´´ y no entendí que me querían decir sus once (¡!) directores. Lo siento, y me fui después de media hora o poco más. Cogí un taxi, otra vez ilegal, para Centro Habana. Su conductor era un ingeniero naval que había estudiado en la Unión Soviética en los setenta. Le comenté, en cambio, lo de la "ABF" en Halle. Pues, tal vez hasta hubiera valido la pena de profundizar la charla en otras circunstancias. Nos despedimos frente del Hotel Deauville, era más o menos la una.
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A las tres me fui a la tanda en el Payret para ver la dominicana ``Pasaporte rojo´´, una policíaca que no vale la pena de hacer más comentarios. Pues, me pregunto por qué la aceptaron para el Festival.
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Viernes, 8 de diciembre de 2006

El mismo trayecto como el día anterior: Malecón (aunque por la acera oposita porque el oleaje llegó ya hasta la mitad de la calle), H.N., jardincito de café, cine Infanta. Y, como lo esperaba un poco, también la juradora del día anterior tenía que ver las películas documentales en el ciclo "Hecho en Cuba" otra vez. Se llama M. I., tiene 53 años y fuma demasiado. Pero, compartimos muchos puntos de vista políticos. La tanda a las 10 trajo cuatro documentales: ``Cuba va´´ un himno a Cuba a través de las fotos de un fotógrafo italiano, ``Con el alma en las manos´´ sobre un pianista famoso de Cuba, ``Hágase la luz´´ sobre la Operación Milagro y ``En las laderas del Himalaya´´ sobre la ayuda brindada por médicos cubanos en las montañas de Pakistán tras el terremoto. Mi vecina de butaca me había avisado que después de la película iban a repartir materiales de prensa sobre los documentales. O es que no le prestaba mucha atención o no vi nada al salir en la pausa, sea como fuera, cuando regresé de un paseito, quise buscar el Granma, un hombre estaba en la entrada con una caja grande de cartón con los restantes películas en VHS o DVD que le quedaban. Cogí un documental en DVD sobre Fidel, "Elogio de la virtud". Había habido también una copia de "Hágase la luz", pero como llegué tarde no para mí. M. I. me prometió hacerme una copia en casa en su computadora en la que se dedica a cosas de multimedia profesional, y traérmela el día siguiente. Pues, en la segunda tanda, la a las 12.30, dieron: ``Florita´´ sobre una afiladora de pianos, la más famosa en Cuba, ``Secretos desde el Malecón habanero´´ sobre el libro con el mismo título que había conseguido ya en el año pasado (mira el 14 de diciembre de 2005).
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Por la tarde me fui a Vedado. Quería ver la película cubana ``Mañana´´. Parece, no sé por qué, la película ya tenía bastante fama en La Habana. Cuando llegué, a las cuatro y media, había ya una multitud de gente la calle La Rampa para abajo, una cuadra por lo menos. Y esa cola era para los que tienen "pasaporte", seguramente había otra en 23. Compré una cerveza y me puse a pensar qué hacer, si ponerme en la cabeza de la cola con mi placa "Participante", lo que seguramente hubiera sido aceptado (pienso, incluso, que ya me hubiera podido presentar directamente en la entrada al cine para evitar todo lo que sigue ahora). Pues, empezó a llover, más bien unas pocas gotas, y toda la cola se desplazó desde la acera hacía la pared del cine, bajo un techo sobresaliendo allá. Lo malo es que en dicha pared del cine hay una pizzería con un comedor y que vende por una ventanilla también hacia la calle, justamente allá me había comprado la cerveza poco antes y aún estaba allá cuando la cola vino para mí. No sé por qué la policía dejó pasar esto y hacía poco en contra la gente que se colaron dentro una hora más de esperar en la cabeza. Pues, cuando nos querían entrar, había un tumulto, empujes, gritos, etc. y yo justamente con el cristal de la pizzería a un lado y la masa empujando al otro. Hice lo que pude para pasar los tres, cuatro metros de cola hasta la policía que dejaba gotear la gente, uno tras otro hacia la entrada, sin caer en el cristal de los escaparates. Cuando ya estaba dentro, en mi butaca, se oyó de repente el estallar. Había roto el cristal y al salir vi que no sólo de un escaparate de la pizzería, sino también de una de las puertas de entrada al cine. Pues, a mí me parece una irresponsabilidad de la policía eso de la cola allá. Cada niño se podía imaginar que iba a pasar y hasta la policía tuvo una idea del peligro porque unas veces nos gritó que no tocásemos el cristal con las manos, ¡qué tontería en ese tumulto de empujes! La película misma no vale la pena de todo esto. Una familia rica que maneja un "paladar" que vende comida y las lleva a la casa de los clientes, en su caos de gritos de siempre, con un hijo adolescente de unos 18 años que no tiene nada más que hacer que joderse el tiempo y gastar el dinero de su padre, con todos los símbolos de la riqueza: celular, coche "Lada", dos, tres chicas para follar, pues no quiere decir en la misma cama, sino con una en la cama y la otra en el garaje el día siguiente, tomando todo el santo día "Bucanero". Pues, el chico comete un accidente con el coche, la muchacha en la bicicleta a la que le toca muere en el hospital y la película nos quiere insinuar que esto, el accidente, ahora va a cambiar la vida de este muchacho. Poco probable y la película mal cortada.
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Al salir, ya eran las ocho y media, aún no llovía. Me fui al
restaurante "El Cochinito" donde había una cola de unos
treinta personas esperando. Para ese día mi necesidad a colas
ya estaba satisfecha. Por eso regresé a dicha pizzería a comer
de pie una ración, cogí un taxi en CUC, porque en la oscuridad yo no puedo distinguir entre coches de, digamos, policía, y "máquinas", y regresé a casa. El Malecón estuvo cerrado, mala suerte para las putas y sus chulos.

Domingo, 10 de diciembre de 2006

A las ocho y dos minutos sonaron las sirenas por el Día Nacional de la Defensa. El país se alista cada año ese día en diciembre para la invasión por EE.UU, y con razón digo yo. A las ocho y media, me fui por el Malecón, donde ya se podía usar otra vez la acera, aunque no la del muro.
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Pedí dos "diarios" en el H.N. y les dije a L. y su compañero, en broma, que les hubiera esperado con casco puesto y con el fusil acostado en la pared. Pero, no ... pues, en broma fue. Entonces, me fui al cine Infanta. El jardincito de café estaba cerrado, seguramente por el día domingo. En el cine ya me esperaba M. I. y me regaló, ni siquiera quería aceptar un dolar por su disco de copia quemado, pues me regaló el original del DVD "Hágase la luz" que habíamos visto el viernes. La quería invitar a un café en la cafetería en la esquina, pero estaba cerrado su comedor y tampoco vendieron café por la ventanilla. Pues, ella se fue al Chaplin para ver una película mexicana y yo me quedé en el cine Infanta para ver ``La guerrillera´´, un documental danés. Cuando aún estaba esperando la entrada, vino el director, Frank Poulsen, con gente de prensa y de cine. Charlamos un rato sobre su filme y la situación en Colombia. Me dijo, al negarme una copia que sí había entregado a una muchacha de cine cubano, que el DVD saldría, por fin, en enero o febrero. El documental fue tomado clandestinamente en un campamento de las FARC (clandestinamente en cuanto se trataba de las autoridades fascistas colombianas) y acompaña a una joven colombiana que se alista voluntariamente para las FARC en sus primeros tres meses de entrenamiento. Ahora tengo muy claro por qué no la echan en Alemania. El filme toma una posición y el gobierno alemán, toda la UE, toman justamente la contraria y por eso declaran las FARC como un "grupo terrorista".
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Regresé en "máquina", que era un carro "jeep", al Parque Central y comí mis frutas en el Paseo, estudiando el "diario" para ver qué películas habría el día siguiente. Entonces, me di con la producción de Ecuador ``Qué tan lejos´´ que iban a echar dentro quince minutos, a las doce y media, en el Payret y decidí de un momento a otro verla, y no me arrepentí de haberlo hecho. Cuenta la historia de una chica de treinta años de Barcelona y una peruana, estudiante, un poco más joven. A dos mujeres que no se conocen reúne un viaje a no sé dónde (a "puta lejos") en Perú. Empiezan el viaje en guagua, pero por el paro de la población indígena tienen que seguir por autoestop. La peruana quiere ver cómo su ex novio se casa con otra, la española es turista, y en el viaje ambas logran conocerse mejor a sí misma. Linda película esa.
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Hice una pausita en casa y salí para ir al cine Yara, otra vez a pie por el Malecón para ver la película cubana ``Páginas del diario de Mauricio´´. No hice cola, entré por la puerta reservada para las "credenciales". La película narra la vida en Cuba entre 1988, cuando el mundo estuvo aún intacto, pasando los 95, los años violentos, y termina en el 2000. Cuenta todo esto por los ojos de un tal Mauricio, profesor en una escuela de enseñanza política para mayores. Su hija no regresa de un viaje a la Unión Soviética, que se transforma en Rusia, y al final de la película la puede ver unas pocas horas en un punto fronterizo entre México y EE.UU. Muy interesante y habla francamente de lo que pasó por entonces cuando el naufragio del campo socialista apagaba la luz para Cuba.
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Lunes, 11 de diciembre de 2006

Me fui, por el Malecón, a recoger el "diario", a tomar un café en 21 y después a la primera tanda en el Yara. Dieron una película brasileña, ``Antonia´´. Primero pensé que iba a ser una película de música "rap". Cuatro chicas, guapas, cantando y bailando en el escenario. Pero no. El grupo, las "Antonias" se disuelve poco a poco, la primera se marcha por una pelea con otra en el grupo, la segunda por quedar encinta y a la tercera le meten en la cárcel por haber matado en afecto en la calle al asesino de su hermano, vida complicada en Sao Paolo.
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Después de la tanda me fui al Chaplin. Antes de entrar, comí en la acera en frente un pan, pero no con lechón, sino con un bistec de cerdo que preparó el vendedor allá directamente en una plancha eléctrica. Tenía buen sabor. Entonces me fui a ver la película chilena ``Rabia´´. Una mujer de 25 años busca trabajo como secretaria. La muestran en seis entrevistas y charlas con las chicas, mujeres en su competencia, para mí en tomas demasiado largas por la cámara. Al final de la película está en una oficina, tecleando algo en la computadora y viene su jefe para reprocharle la calidad de su trabajo, pero le habla feísimo, a gritos y insultándole, y no queda muy claro si esto ha sido un jefe nuevo después de las revistas o el despedir y la razón de su búsqueda. De todas maneras, al final está sentada en un banco en un parque con rabia donde justamente ese tipo hace deporte y ..., pues no vamos a relevar todo acá, ¿no?
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Había quedado por la mañana con mi amiga M. en encontrarnos a las cinco frente del cine Payret y poco antes me puse allá en la fila de los con "pasaporte". Ella vino más que puntual, por ser cubana, ya antes de las cinco. Entramos a ver la película argentina ``Derecho de familia´´ del director Daniel Burman ("Esperando al Mesias") que narra la vida de un abogado que al lado de su padre, un famoso abogado y consejero, no puede desarrollarse y que por eso decide dedicarse a su familia. Como todas las novelas cinematográficas de Burman, una bien contada historia de la vida real.
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Martes, 12 de diciembre de 2006

Después del desayuno, ya con un poco de prisa, salí al H.N. y de allá tuve que regresar (menos mal que conseguí una "máquina" a primer tiro ya en M) otra vez al Parque Central para ver en el cine Payret la película brasileña, ``Los 12 trabajos´´, sobre un chico que, después de salir de una cárcel para menores, quiere cambiar el rumbo de su vida y empieza a trabajar en una mensajería donde los chicos, todos al margen de la sociedad y con antecedentes o hasta unos con pequeños delitos actuales, reparten los mensajes o hacen caminos a favor de clientes en moto. El dueño de la mensajería le da un chance y el no debe faltar ese día en sus primeras 12 entregas. No es fácil para él. La película, en cambio, bien hecha.
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Desde allá, Parque Central, regresé otra vez en "máquina", para «la colina». Lo digo así porque el conductor del carro, por un lado ni siquiera entendió qué era mi destino, la colina, pero al mismo tiempo tenía los altavoces puestos en un volumen a más no poder y aún hoy me duelen los oídos al pensar en ese trayecto. Pues, bajé ya antes, en colina, aunque el carro iba a pasar por el cine Yara, unas dos, tres cuadras antes. Entré por la puerta separada para las credenciales, ya eran pocos minutos antes del comienzo de la función. Iba a ver la película cubana ``La edad de la peseta´´. Esa expresión es un cubanismo y se refiere a la edad entre siete y once de los chicos acá. Pues, un chico de "edad de la peseta" viene con su madre, después de que ella se haya separado de su marido, a vivir en la casa de la abuela, una mujer mayor y resoluta («primero, no toques mis cosas, segundo, ...») pero que poco a poco siente cariño para el muchacho y él hacia ella, especialmente cuando su madre está empezando una relación con su jefe un gordo y feo, al que no quiere aceptar como su próximo padre. Corren los últimos años de la dictadura en Cuba, 1958, y la abuela tiene un negocio en casa de hacer fotos de retrato que después colora, y el chico le ayuda en esto, enamorándose de una mujer de tipo modelo, cliente de la abuela. Al final triunfa la Revolución y su madre le sigue al jefe dueño de un salón de zapatos, a EE.UU. El muchacho debe obedecerles, contra su voluntad deja a la abuela y La Habana. Creo que es la mejor película que hasta hoy he visto en este Festival, si dejo al lado la película "El laberinto del Fauno" que andaba fuera de concurso.
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En el fondo tenía planificado, y me hubiera gustado ver, otra película después, "La prueba", una de Perú. Pero, me fui a casa para preparar la conferencia que iba a dar el sábado.
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Miércoles, 13 de diciembre de 2006

A eso de las doce me puse en las escaleritas del cine Chaplin a ver que iba a pasar con la cola de entrada. Había el caos de siempre. A las credenciales nos mandaron de un lado al otro, pero por fin tomamos la cosa por el mango y simplemente entramos. También vino M. I. con una colega, qué casualidad y qué pequeña es esa ciudad en los días del Festival. Dieron una película chilena, ``Pecados´´, como estreno por primera vez mundial, en presencia del director y otra gente de la empresa productora. Siete mujeres cuentan en largos monólogos sus pecados, a veces en llamadas telefónicas de las que sólo se escucha la parte de la mujer y no, por ejemplo, del ex novio o marido. Pues, la película no me dio mucho, para decir la verdad.
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Después quería ver en Yara la película brasileña "Máquinas" y ya estaba por dentro esperando la función, cuando al escuchar la conversación entre los dos acomodadores me di cuenta de que había un cambio. Iban a mostrar la película chilena "Rabia" que ya vi hace unos días. Pues, así me fui.
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Jueves, 14 de diciembre de 2006

Por la mañana me fui al H.N. Tuve que tomar una decisión en cuanto a las películas, o sea hacerme libre o hoy por la mañana o mañana para trabajar algo con mi amiga D. en su oficina. Para el día siguiente no anunciaron películas que me antojaran, así me decidí por lo de mañana. También la función de la clausura del Festival no me interesa mucho. Van a dar a las siete la película española "Volver" que ya vivimos en Europa y que no me gustó. Tomé un café en 21 y seguí hasta Infanta donde quería ver a las diez un documental brasileño, ``Niñas´´, sobre la vida de madres que eran ellas mismas aún niñas de unos trece, quince años al quedar encinta y esto allá en las favelas de las ciudades grandes en Brasil. A una de ellas se lo matan al final su novio en un tiroteo con la policía y así queda madre y viuda con trece de edad.
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Otra vez en casa, me llamó mi amiga D. y quedamos en vernos mañana, o tal vez si fuera posible para ella, ir juntos a las tres al cine Infanta para ver la película cubana "Efectos personales" que sólo pude encontrar en el catálogo porque M. I. me dijo que al final salió en dicho catálogo bajo su título en inglés "Personal belongings". Llegué al cine a eso de las dos y quince y ya había una candela de gente. Seguramente no todos querían ver la misma película, porque daban cuatro películas a la misma hora en ese multicine, pero la sala número dos se llenó hasta estar repleta. A nosotros, las credenciales, nos dejaron entrar como primeros y pedí dos entradas, una para D. y la otra para mí. Al esperar había charlado con unos alemanes que estaban acá en La Habana con su Opera Prima, un documental "De arriba para abajo", que no vi, y les pedí que me reservasen dos butacas. Dentro del cine había dos teléfonos públicos para el uso con "propia" y, ya eran las dos y media, llamé a D. que aún estaba en su oficina. Le dije que se apurara, que aún tendría media hora para llegar. Vino a las tres menos cinco, yo organicé su entrada con la boleta que ya tenía yo y nos fuimos juntos a ver ``Efectos personales´´. Pues, una tal Ana se queda sola en su casa en Vedado cuando sus parientes, su padre y más gente, se van como balseros a EE.UU. Encierra todo lo que queda de ellos, televisor, equipo de música, etc., en un cuarto. No abre las cartas que llegan más tarde desde fuera del país y no contesta las llamadas telefónicas de su padre. Quiere demostrarles que sí se puede vivir en Cuba y que ellos están equivocados con su fuga del país. Ana trabaja como médico en un hospital a donde se va un día un muchacho, Ernesto, para conseguir un certificado médico que exigen en una de las embajadas extranjeras en La Habana para un visado. Él vive en su coche, con una bolsa en el maletero con todas las cosas que le quedaron y las que le importan, sus "efectos personales", y anda de embajada en embajada para conseguir un visado para salir del país. Que el jefe de Ana es el padre de Ernesto y que su madre murió en un accidente de coche por culpa del padre, esto sale más tarde, al final de la película. Pues, pasa lo que debe pasar, Ana y Ernesto se enamoran uno del otro. Cómo sale esto no vamos a relevar acá. A D. le gustó mucho la película y yo, esto no puede opinar ella sin haber visto más películas, pues yo pienso que ha sido la más linda que he visto en este Festival. La música de fondo de la película me sonaba, me recordaba a otra película, y más tarde, aún en el cine, se me salió: retomaba melodías y el estilo de la música de la película norteamericana "La ciudad de los Ángeles". Le dije a D. que se habría perdido algo si no hubiera aparecido, y me dio la razón. Nos despedimos y nos veremos mañana. Me fui para La Habana Vieja y chequeé en el Hotel Telégrafo mis correos.
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Son ahora las diez y acabo de cenar en el "La Gitana" y escribir las líneas de arriba. Estoy muy contento con el día, con esa linda película como la última para mí en este Festival. Mañana acabará el Festival y he visto unas 33 películas. Hasta el próximo año, digo yo, y gracias al ICAIC y a todos los que trabajan acá para sacar delante el Festival.



martes, 2 de enero de 2007

De los libros...

Vamos a empezar con lo de los libros. He aquí unos comentarios sobre libros, conferencia, puntos de venta u otros hechos los que pude conocer en mis viajes a La Habana. Hasta pueden servirles a otros aficionados (y yo lo soy y lo confieso con todo el corazón) de libros.

Los Sábados del Libro

En La Habana Vieja hay una plaza, la Plaza de Armas, donde los españoles por entonces construyeron sus palacios de poder. Hoy en día los palacios antiguos albergan unos museos y oficinas, y especialmente el Palacio del Segundo Cabo da sede y espacio al Instituto Cubano del Libro y tres librerías (de las últimas vamos hablar más tarde). Dicho Instituto organiza cada sábado (pues, casi cada sábado, porque hay excepciones, por ejemplo si el sábado cae en un Día Festivo Nacional) a las once de la mañana una conferencia de libro bajo el título Sábados del Libro. Normalmente se trata en cuanto al libro de una novedad, de un título recientemente salido de una editorial cubana, y en muchas de las veces en presencia del autor mismo, si es posible y si no se trata, por ejemplo de una reedición del ejemplar. El ambiente, el Palacio del Segundo Cabo dispone de un patio muy bonito, con palmeras, columnas, etc., pues el ambiente directamente invita allá a sentarse y a escucharles a los que hablan en la conferencia. Yo no me puedo imaginar ningún otro lugar en La Habana (o hasta en el mundo) que sea más adecuado para aquel propósito. A veces también dan un pequeño marco cultural y toca un grupo de música, hablo de música seria y no de 'ruido' :-)

Después de la conferencia venden el libro que acaban de presentar. ¡En Moneda Nacional! Por unos doce, veinte pesos cubanos. (Moneda Nacional: Hay que saber que actualmente en Cuba circulan el peso cubano, que se llama M.N., y el peso convertible, que se llama CUC y que equivale 1:1 al dólar. Un peso CUC son 24 pesos en M.N.). Para la venta ponen mesas en los alrededores de la conferencia y se forman colas de clientes porque, encima del interés por el nuevo libro, muchos quieren gozar de la ocasión y dejan firmar su ejemplar por el autor. Por cierto también hay quienes hacen un negocio de esto, compran dos, tres o más ejemplares para venderlos después porque libros en Cuba, en una sociedad culta y que lee, y además bajo el Bloqueo por EE.UU, no siempre son fácil de conseguirlos.

Pues, en mi última estancia pude aisistir a dos Sábados del Libro cuyos libros fueron: 'La sobrevida (algunos relatos)' por Pedro de Jesús, Premio Alejo Carpentier Cuento 2006, y 'Silvio: Que levante la mano la guitarra' por Victor Casaus sobre el cantautor Silvio Rodriguez. Hubiera habido una tercera ocasión, pero ese día me tocó a mí mismo dar una conferencia en el Palacio Central de Computación. Menos mal que los de la librería que abastece la conferencia eran tan amables y ya me vendieron antes de la conferencia el libro de turno: 'Biografía de un cimarrón' por Miguel Barnet.


Librerías en La Habana

Cada turista que ha estado una vez en La Habana Vieja seguramente conoce la librería 'Moderna Poesía' y, en frente de esa, 'La Internacional', ambas en la calle Obispo y las dos venden libros de todo tipo y de todo el mundo, hasta novelas de Steven King (que no figura entre los autores que leo yo). Pero, las dos venden en CUC, o sea sólo en peso convertible y casi no hay libros cubanos allá. Hay otras más, por ejemplo dos en la entrada al Palacio del Segundo Cabo.

Libros de editoriales cubanas se puede adquirir en muchas librerías y también por Moneda Nacional. Así un libro vale para nosotros los turistas un poco menos que un Euro, un hecho que me da de una manera la mala conciencia. El hecho que son libros cubanos no quiere decir que solo se trate de literatura cubana. También muchos títulos del mundo, por ejemplo libros de Saramago o de García Márquez u otros salen en Cuba. He aquí una lista de las librerías que suelo frecuentar en mis estancias en La Habana. La foto muestra la en la calle 25 y O, mi librería favorita, y se puede pasar mucho tiempo allá, ya por no haber ningún sistema de computación. Pero, no importa. Tenemos tiempo, ¿no? Sigue la lista:
- la librería en el Palacio del Segundo Cabo, La Habana Vieja
- Librería Centenario del Apóstol, calle 25 y O, Vedado
- en la calle Gallano, cerca de calle San Martín, Centro Habana
- en la calle Neptuno #561, Centro Habana
- Librería Ateneo, calle Línea entre 12 y 14, Vedado
- en la calle Neptuno #627, Centro Habana
Seguramente hay más.

Bibliotecas en La Habana

Cada año cuando estoy en La Habana visito una biblioteca. Soy informático y trabajo en una empresa que hace software para la automatización bibliotecaria. Ya desde acá viene mi interés. Por otro lado me gusta informarme directamente y no por los medios de FalsiLandia en mi país. El año pasado visité la Biblioteca Nacional y me entrevistaron allá para un semanal que publican. La entrevista aún se puede leer acá en su publicación Librinsula

Este año una biblioteca pública ha despertado mi interés especial porque la he visto por primera vez abierta, o sea los años anteriores estuvo cerrada por reconstrucción. Así me fui el 28 de noviembre de 2006 a visitar esa biblioteca, la primera que tuve en mi lista. Está situada en Prado #205 y se llama Biblioteca Municipal Máximo Gomez. Me presenté al compañero que hacía la guardia en la puerta, él llamó a una mujer que estaba estudiando algo en una mesa (más tarde llegué a saber que hacía una carrera bibliotecaria) y ella, en cambio, llamó a la directora que poco después apareció con su responsable para asuntos de información. Les expliqué quién era y que me quería informar directamente sobre la situación de las bibliotecas públicas. La biblioteca está aún en reconstrucción, aunque ya presta servicio a clientes especiales, profesores o de la vecindad que buscan algo por su trabajo o estudios. Tienen unos ochenta mil libros, especializados en cosas antiguas. El uso y la inscripción están gratis, ni siquiera multan en el caso de retraso de devolver libros o hasta en el caso de libros perdidos. Hasta ahora no tienen una automatización, sólo una computadora para conectarse con otras bibliotecas y para hacer esto aún falta el router (me sorprendió un poco el conocimiento del nombre de esta chatarra, pues tal vez sus técnicos hablasen así: «falta el router para la conexión...»). Me dieron sus datos de teléfono para mantener el contacto, correo aún no tienen. Después de haber salido pensaba: Cuba va, en esto no cabe duda.

La venta de libros de segunda mano en la Plaza de Armas

En la misma Plaza de Armas, que invita a leer con la sombra de los árboles grandes, unas fuentes con su juego y murmurar de agua, pajaritos, bancos alrededor y con luz, tranquilidad y temperatura agradable, pues en esa hay los días miércoles hasta sábado un mercado de libros de segunda mano. Los vendedores exponen sus tesoros en estanterías ambulantes y por la noche los libros duermen en no sé dónde lugar en las cercanías en La Habana Vieja. De los libros hay de todo, viejos y nuevos, sobre la Revolución, El Ché, del tabaco, guías del viajero y hasta libros en alemán. Los vendedores compran los libros 'en la calle' y los quieren vender con beneficio. Hay que tomarse el tiempo de buscar y ignorar las exclamaciones de los vendedores que quieren ofrecer lo que ellos piensan que buscas, y que pocas veces es lo que uno busca. Así encontré hace unos años una joya, el libro 'Curso superior de sintaxis española' por Samuel Gili y Gaya. He dicho que es un mercado y no una librería con precios fijos, o sea hay que negociar con el dueño sobre este en CUC.

La Feria Internacional del Libro

Cada año en febrero la vieja fortaleza al otro lado de la Bahía de La Habana, La Cabaña, se convierte por unos pocos días en la sede de la Feria Internacional del Libro. Las cabañas del viejo cuartel se llenan de libros y de gente. Es como una gran fiesta y no tiene nada que ver con ferias del libro como, por ejemplo, la de Franfurt en Alemania a donde va un público exclusivo y profesional. Ya con el precio de la entrada (2 pesos en M.N.) empieza la diferencia, y con los niños que vienen como aulas enteras. Los libros, por lo menos los de las editoriales cubanas, se puede comprar allá en la feria misma. Después de la clausura la Feria se va por toda la Isla para que los cubanos en las provincias puedan participar en esa fiesta de cultura. El lema de la Feria es 'Leer es crecer' y vivir las palabras de José Martí: Hay que ser culto para ser libre.

La Alemania oficial, ya desde 2004, está boicoteando la Feria, y eso aunque fue por entonces el País Invitado (en cada año la Feria hace honor y presencia destacada a un país diferente). Pero su boicot fracasó porque editoriales izquierdistas organizaron y organizan la presencia de Alemania en la Feria y nunca antes había más presencia de nuestro país como ahora. La próxima Feria, ya
es la décimo sexta edición, nos espera el 8 de febrero de 2007 y Argentina será la invitada de honor.

El libro más buscado: Cien Horas con Fidel

En abril de 2006 salió la primera edición del libro 'Fidel Castro, biografía a dos voces', por Ignacio Ramonet. En Cuba lo publicaron poco después bajo el titular 'Cien horas con Fidel' y ya su tercera edición se ha agotado. Para decir la verdad, nunca vi un solo ejemplar en las tiendas, ni en M.N. y ni en CUC. Me lo ofrecieron 'en la calle', en ese mercado en la Plaza de Armas por ejemplo. Seguramente, las tres primeras ediciones las recibieron como regalo gente de honor (y unos de ellos se deshicieron de su ejemplar, pues siempre hay los que algo no quieren, o hasta no lo merecen, diría yo). Pero, la población cubana no se ve excluida de dicho libro porque sus 26 capítulos salieron poco a poco en unos quince tabloides, cada uno por 1 peso en M.N., y amigos cubanos me guardaron los tabloides que fueron publicados antes de mi estancia en noviembre, diciembre de 2006, y los que faltaban pude conseguir yo. Voy a mandarlos a un taller para que me los encuadernen. Es un documento de valor histórico y vale la pena aunque ya tengo el libro de la editorial española.


El G-Café (y otros al mismo estilo)

Pues, ¿qué cosa encaja mejor con un libro que el café, o una infusión, o un té, si uno prefiere estos al café? Tal vez hasta con un tabaco al que lastimosamente renuncié hace unos veinte años. En Vedado (un barrio de La Habana y centro cultural) encontré en esta estancia dos locales "café más libros", el uno en la esquina de la calle 23 a G, y consecuentemente se llama el "G café", y el otro en 23 y 12, cerca del cine Chaplin y que se llama "Café Literario". En ambas instalaciones se puede tomar café u otras bebidas, y consumir un bocadillo o pastel (y todo en M.N.) y al mismo tiempo tomar prestado un libro que tienen en estanterías en el fondo del local o hasta comprarlo si te apetece.

© copyleft, Matthias Apitz

viernes, 29 de diciembre de 2006


Acabo de regresar de La Habana, Cuba, donde estuve cuatro semanas para encontrarme con amigas y amigos, para participar en las conferencias de los Linuxeros de La Habana (¡ay, a veces me encuentro acá en Europa con gente que me pregunta: ¿Cuba y computadoras particulares o hasta portátiles?, que mal informados son la mayoría de la gente acá!), para dar unas conferencias allá en un Instituto en el Capitolio y en dicha reunión de los Linuxeros. Tal vez Linuxeros necesite una aclaración: Son los que usan en su computadora un sistema operativo de Software Libre (Open Source), el sistema Linux o, en mi caso, FreeBSD y no quieren caer en las trampas y errores que nos vende un monopolio cuyo nombre acá ni siquiera me permito teclear. Y, para seguir con los objetivos de mi estancia en La Habana, para ir a los Sábados del Libro en el Palacio del Segundo Cabo en la Plaza de Armas, para festejar con más de un millón de cubanos su Revolución el 2 de diciembre en la Plaza de La Revolución (¡Que viva su Revolución!) y, por último y dejando al lado cosas banales como comer y el ron cubano, para ver unas treinta películas en el 28 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Fueron cuatro semanas llenas de actividades, hasta a veces con estrés, pero semanas lindas y, sobre todo, inolvidables. De estas os quiero hablar acá un poco en este cuaderno de bitácora.

A ver, ¿por dónde empezar? ...