viernes, 29 de diciembre de 2006


Acabo de regresar de La Habana, Cuba, donde estuve cuatro semanas para encontrarme con amigas y amigos, para participar en las conferencias de los Linuxeros de La Habana (¡ay, a veces me encuentro acá en Europa con gente que me pregunta: ¿Cuba y computadoras particulares o hasta portátiles?, que mal informados son la mayoría de la gente acá!), para dar unas conferencias allá en un Instituto en el Capitolio y en dicha reunión de los Linuxeros. Tal vez Linuxeros necesite una aclaración: Son los que usan en su computadora un sistema operativo de Software Libre (Open Source), el sistema Linux o, en mi caso, FreeBSD y no quieren caer en las trampas y errores que nos vende un monopolio cuyo nombre acá ni siquiera me permito teclear. Y, para seguir con los objetivos de mi estancia en La Habana, para ir a los Sábados del Libro en el Palacio del Segundo Cabo en la Plaza de Armas, para festejar con más de un millón de cubanos su Revolución el 2 de diciembre en la Plaza de La Revolución (¡Que viva su Revolución!) y, por último y dejando al lado cosas banales como comer y el ron cubano, para ver unas treinta películas en el 28 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Fueron cuatro semanas llenas de actividades, hasta a veces con estrés, pero semanas lindas y, sobre todo, inolvidables. De estas os quiero hablar acá un poco en este cuaderno de bitácora.

A ver, ¿por dónde empezar? ...