domingo, 21 de enero de 2007

De la Revolución...

He aquí una parte de mi diario que llevo siempre y esa parte cubre el 2 de diciembre de 2006, día del Quincuagésimo Aniversario del comienzo de la Revolucion Cubana.


Sábado, 2 de diciembre de 2006

En mi barrio, Centro Habana, las empresas y los CDR (Comité de la Defensa de la Revolución) movilizaron para la marcha con la información según la que el barrio Centro Habana se iba a encontrar en la esquina San Lázaro a Infanta a las seis de la madrugada. Me levanté a las cinco y media, y con la linterna busqué algo para comer en la cocina (no quise encender la luz y despertar el ama de casa), y salí a las seis en punto a la calle, aún dominaba la oscuridad. Caminé por San Lázaro como muchos otros habaneros más, casas enteras salieron de sus puertas, hacia el Punto de la Movilización de Centro Habana. Desde allá nuestra columna de la Marcha arrancó a eso de la seis y media por la Infanta, dobló en la calle Zapata y la siguió hasta Paseo donde ya el día anterior había estado y donde tenían listos los tanques y otros camiones de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). En la Marcha estaban muchos colectivos de trabajo, de fábricas u otras instalaciones, destacados por sus camisetas del mismo color o las gorras. Las pancartas eran más bien "caseras", o sea hechas a mano y de cartones, y no prefabricadas por un centro o por las autoridades. Decían, entre muchas cosas: «Somos uno» (quiere decir: con Fidel), «Fidel ordene los CDR cumplirán», «Gracias Fidel por la Victoria», «Felicidades Fidel», «Símbolo de Independencia, Dignidad y Justicia» (esto era un gran cartel con el yate Granma en un edificio), «Viva la Revolución», «Con ya casi un siglo sigues sembrando amor e ideas», «Esta isla no se rendirá jamás», «Ayer, hoy y mañana, siempre a tu ....ad Fidel», «en Girón ...», «Esas armas jamás de doblegarán ante el imperio», (ese un gran cartel con los de las FAR en la Biblioteca Nacional), «¡¡Unidos en la lucha por la Independencia y la Dignidad!!», ...

A las 8.51 pusieron en marcha las máquinas de los tanques. No todas querían funcionar después de tantas horas de esperar, pero acudieron los técnicos, lo pienso por sus monos marones y con gorra verde olivo, y estaban preparados por aquello. Nos sobrevolaron dos grupos de helicópteros de combate y un grupo de cinco aviones de caza. Los helicópteros pude sacar con la cámara, los aviones me sorprendieron y al tener lista la cámara ya habían desaparecido. A las 9.05 se puso en marcha el equipo en dirección de la Plaza, pero me parece no pasaron por la tribuna porque nosotros, la Marcha, que les seguimos, los primeros hasta a correr, pocos metros después nos encontramos otra vez con el equipo al lado de la calle. No sé, puede ser también que haya sido otro equipo, porque ¿qué sentido tendría una Parada militar sin pasar por las tribunas? (El día siguiente en los periódicos podía comprobar qué bien me había equivocado). Necesitamos unos veinte minutos más hasta llegar a la Plaza de La Revolución, donde había las dos tribunas: la del lado del Monumento de José Martí con Raúl Castro y otros políticos, también con invitados de honor (estaba Evo Morales me dijo más tarde en casa María, pues de la Marcha sin prismáticos no se podía ver nada en concreto), y al otro lado de la marcha, invitados cubanos, seguramente personas de honor y con aquello premiadas por algo. En la Marcha había también muchos extranjeros y entre ellos yo, ¡yo ese día en la Plaza de La Revolución! Fue un poco como ese 26 de Julio en el 2000 con todo el campamento en la Marcha por el Malecón. A eso de las 9.35 acabamos de cruzar la Plaza y las masas no se podían disolver hasta regresar otra vez al Centro Habana. Quedaba suspendido todo el transporte público y me parece todas las guaguas (autobuses) que hay en La Habana estaban en la calle Avenida del Presidente Salvador Allende, grandes colas de buses esta vez y no colas de pasajeros.

Yo tenía sed y hambre, pero en las calle, eran las diez y media, todos puntos de venta de Pan con Lechón aún estaban cerrados, también en el mercado en San Nicolás. Así, regresé a las once a la casa, donde la turista alemana, la rubia, estaba desayunando y María enseguida me preparó el mío, huevos fritos y café, ¡qué rico!. La otra alemana, la china, sí se había ido para la Plaza pero, como no participó en una de las cuatro columnas de la Marcha (que eran: Cerro, Centro Habana, La Habana Vieja y Plaza), pues por eso no pudo llegar a la Plaza misma y de lejos no había visto nada, de lo que se quejó mucho en casa.

1 comentario:

Reinier Cruz dijo...

HOla, la verdad muy interesante tu Blog sobre tu viaje a cuba en el festival de cine, me ha gustado mucho!!